Carrera por kurtu
Ilustración de Robert Báez |
Se marcó la salida hacia la casa de la bisabuela; y la meta, hacía la del tío. Miguelí se quedó en la salida, para controlar que ninguno arranque con ventaja. Tito y los otros niños se ubicaron en la meta. Algunos me alentaban a mí y otros a Nino. Otros más se animaban a realizar sus propias apuestas a base de sus kurtureras.
A la voz de tres, salimos disparados como cohetes y fuimos hombro a hombro hasta que, cerca de la meta, Nino comenzó a adelantarme y le jugué una zancadilla que nos hizo caer. Terminamos mordiendo el polvo y enredándonos en un soki que concluyó en mi llanto, luego de que Nino me propinara un puñetazo en el estómago. No recuerdo si finalmente Nino se llevó mi colección de figuritas. Sí recuerdo que nunca dejó de ser mi amigo el tiempo que viví en Yukyty.
Iván González, 2014 (CC BY-NC-SA).
Publicado en Okápe: vivir los espacios públicos, Gobernación Departamento Central, Areguá: 2014, págs. 40-41. Ilustración de Robert Báez.